La información y los datos son un factor clave en la estrategia de cualquier empresa con un enfoque comercial y de marketing orientado al cliente. Hoy por hoy, asegurar la calidad de nuestra base de datos es asegurar nuestra eficiencia en la gestión comercial y en las acciones de marketing.

La principal ventaja de una base de datos de calidad es que nos permite conocer a cada cliente en detalle: sus gustos, comportamiento y hábitos de compra, intereses…; y segmentarlo por múltiples variables: edad, sexo, preferencias,… Bien gestionado, este conocimiento se traduce en una comunicación personalizada que logra captar la atención del cliente.

Pero, además, una buena base de datos nos ayuda en los procesos de ventas, mejora las campañas de email marketing, nos permite una administración de la información mucho más efectiva, maximiza los tiempos,… Según el I Estudio sobre Calidad de Datos en la Empresa Española, las empresas que reconocen haber invertido en calidad de datos aseguran haber obtenido beneficios cuantificables.

Por el contrario, una baja calidad de los datos está asociada directamente –como también concluye el citado estudio- con dificultades en la toma de decisiones, pérdida de oportunidades de negocio y aumento de los costes de los proyectos.

Pero, ¿cómo se consigue una base de datos de calidad? A través de tres acciones básicas pero imprescindibles:

  • Vigilar que la información que contiene esté continuamente actualizada. Se deben revisar los datos constantemente en busca de errores, redundancias, información incompleta, inconsistencias,…
  •  No dejar de alimentarla con nueva información. Se debe comparar la información que contiene, fusionarla, cruzarla, enriquecerla con datos nuevos,…
  • Segmentar correctamente los datos disponibles.

Lo más importante es en enfocar los esfuerzos hacia la calidad de la información y no hacia la cantidad. El éxito no se alcanza llegando a todo el mundo sino llegando a la persona que está interesada en tu contenido o va a comprar tu producto.

Muchos de los problemas que nos encontramos en una base de datos se solucionarían aplicando prácticas de estandarización en los procesos de introducción de datos y reglas de validación. Algo que, al parecer, la mitad de las empresas españolas no hacen.

Las opciones de control y mejora de la calidad de los datos aún están poco extendidas entre las empresas española. Solo el 28% reconoce haber delegado el tratamiento de sus datos e información a empresas especializadas. Este dato contrasta con la tendencia europea: seis de cada 10 empresas confían plenamente en las soluciones que aporta una compañía externa en calidad de datos.