En los últimos años hemos visto un aumento de la demanda de las soft skill o habilidades blandas en el entorno laboral. Esto se debe a que las personas han pasado de ser meros ejecutores de una labor a piezas fundamentales del engranaje laboral en la empresa.

Hoy en día se buscan profesionales que, además de una cualificación determinada, posean habilidades personales, sociales, comunicativas, emocionales, personales y un largo etcétera. Todas ellas permitirán al trabajador mejorar su rendimiento, el entorno y la relación con el resto de los compañeros, es decir, son herramientas básicas que junto con las hard skills -conocimiento y formación- harán evolucionar correctamente al empleado.

Diferencia entre las soft y las hard skills

Las diferencias entre las habilidades duras y las blandas son visibles. Mientras que las primeras se centran en los conocimientos adquiridos y la formación del trabajador -títulos formativos, universitarios, idiomas, etc.-, los segundos se basan más en el comportamiento de las personas ante determinadas situaciones -comunicación, empatía, liderazgo, saber estar, etc.-.

Soft skills

  • Este tipo de habilidades se basan en la experiencia y están relacionadas con las personas.
  • No están relacionadas directamente con el puesto de trabajo, pero si ayudan en el desarrollo profesional del trabajador.
  • Son habilidades intangibles, ya que quienes las poseen no lo pueden acreditar con ningún título.

Hard skills

  • Son habilidades basadas en reglas y conocimientos adquiridos.
  • Están relacionadas con el trabajo a desempeñar y se basan en herramientas y técnicas aprendidas por el trabajador.
  • Son habilidades tangibles a través de títulos formativos.

¿Cómo se desarrollan las soft skills?

Muchas de estas habilidades son innatas en algunas personas, pero esto no quiere decir que no se puedan aprender y reforzar para mejorar.

El punto de partida es el conocimiento de cada persona sobre sí misma, hay que conocer las soft skills que se posee. Para ello, se debe analizar el comportamiento de cada uno en diferentes situaciones. Una vez hecho esto, se puede avanzar en la mejora o adquisición de nuevas habilidades personales.

En el ámbito laboral

Desde la empresa se puede fomentar el aprendizaje de este tipo de habilidades a través de un plan de formación que consta de los siguientes pasos:

  • Analizar la situación. El tipo de empresa, los perfiles de los profesionales de la plantilla, las necesidades globales de la empresa y las particulares de cada empleado, etc.
  • Establecer objetivos. Del análisis anterior se deben sacar los objetivos de la empresa y priorizarlos según la importancia para la organización.
  • Diseñar acciones formativas. Establecer si serán cursos, píldoras de contenido, master class por expertos, etc.
  • Calendarizar. Todas las acciones que se vayan a realizar deben estar calendarizadas para su control y evaluación.
  • Evaluación. Se debe ver si han sido productivas y útiles para el trabajador como para la empresa.

A nivel individual

Cada trabajador puede intentar mejorar sus habilidades blandas por su cuenta. Para ello, necesita seguir una serie de recomendaciones.

  • Definir objetivos. En función del trabajo a desempeñar habrá unas soft skill más necesarias que otras. Hay que aprender a definirlas para mejorar el desempeño laboral.
  • Trabajar la retroalimentación. Conocer la opinión de terceros para reflexionar sobre las habilidades sociales e identificar fácilmente aquellas que se necesitan reforzar.
  • Acudir a expertos como, por ejemplo, los coaches. Estos profesionales están especializados en desarrollo personal y profesional para orientar al trabajador en la consecución de sus objetivos.